Bien dicen que el tiempo lo cura todo, ya han pasado seis meses desde
aquel episodio que literalmente me cambió la vida, y hoy puedo sentarme en mi
cama, con un delicioso té, a escribir con una gran sonrisa sobre lo que me dejó
ese tsunami.
Siempre que veía películas en donde se cancelaba una boda, pensaba que eso debería ser lo más terrorífico que le podría pasar a alguien, y “concedido” la vida me mandó la experiencia solo para comprobar que no era verdad, no, no es lo más terrorífico que te puede pasar. Que es algo fuerte, si, lo es sin duda, te cimbra desde lo más profundo, son muchos sueños rotos, pero volvería a vivir la experiencia mil veces al darme cuenta de todas las bendiciones que eso trajo a mi vida.
La primera fue saber que soy valiente, muy valiente. Siempre creí que no lo era, no sé por qué, pero al estar en una situación límite como esa (la más fuerte que he vivido hasta hoy) pude demostrarme a mí misma que soy valiente, fuerte, segura. Aún con todo el dolor que sentía pensé primero en mí, nunca debes quedarte a vivir una situación que no mereces y que no te hace sentir bien, siempre hay que hacerle caso a la intuición, es la voz del alma, no falla!.
Estuve muy enojada, triste, confundida, desilusionada, supongo que es algo normal ante una pérdida, pero hubo un momento en el que pude decidir si la opción era quedarme meses tirada en la depresión, comiendo helado, llorando y dejando que la gente me viera con compasión (literal como en las películas, era lo que yo pensaba que pasaría… ) o salir adelante rápidamente. Asombrosamente mi ser respondió de una manera totalmente diferente a lo que yo creía, viví mi duelo intensamente, me di mi espacio y comencé a reconstruirme con paciencia y mucho amor.
Todo este proceso lo describo como si hubiera estado toda mi vida metida en un caparazón de barro y con ese fuerte golpe se hubiera roto, el golpe tenía que ser de ese tamaño para lograr romperlo, a lo largo de estos meses los pedazos han ido cayendo poco a poco, me gusta lo que he descubierto bajo ese caparazón. Hoy me gusto mucho física e internamente, antes que intentar gustarle a los demás debes gustarte a ti mismo, nunca me había gustado tanto como ahora, se siente bien.
Estos meses me he dedicado literalmente a mí, a estar bien, a sanar, a conocerme, a despertar. Uno cree que se conoce pero en mi caso no era ni remotamente cierto, por primera vez estoy siendo 100% honesta conmigo, con lo que quiero, con lo que sueño. Vives en automático y te conformas con lo que hay, te da seguridad tener algo (relación, trabajo, amistades, cuerpo, casa, etc…) aunque no sea lo que en verdad sueñas/quieres. Adaptas tus gustos, tus pensamientos, tus sentimientos, tu vida, a lo que hay “seguro”, te acostumbras y así se te pasan los años.
Estoy descubriendo habilidades y pasiones que no sabía que tenía, he tomado cursos de temas que jamás hubiera imaginado, si alguien me hubiera dicho que un día me apasionarían tanto los cuencos tibetanos, la energía, la mente o los ángeles, seguramente me hubiera reído. Mis fines de semana ahora están llenos de aprendizaje, de novedad, de emoción, de diversión y de sanación.
Sin darme cuenta he podido ayudar a algunas personas a salir adelante, a sentirse bien, y eso me llena de satisfacción, es un gran regalo para mi, espero poder seguir inspirando con el ejemplo.
Re descubrí mi trabajo, y reconfirmé que amo dedicarme a la venta de conciertos. Disfruto muchísimo trabajar en donde trabajo, con la gente con la que trabajo, han sido muchos de ellos un gran apoyo. No tengo más que agradecimiento por la fortuna de tener esos jefes, compañeros, amigos, a veces uno pasa más tiempo en el trabajo que fuera de él, es increíble poder tener un trabajo que me apasiona, que amo y disfruto, en el que puedo crecer y en el que creen en mi.
En tiempos difíciles conoces a tus verdaderos amigos, y a la gente que te quiere de verdad, es real, todo esto ha servido de limpieza, los verdaderos amigos (muchos de ellos más que amigos, hermanos) y mi increíble familia (la mejor familia del universo, los amo sin control) han estado muy cerca. Se han sumado personas nuevas y maravillosas que quiero conservar cerca por siempre, me he reencontrado con gente muy querida de la que estaba alejada, sané relaciones fracturadas, ofrecí algunas disculpas, recibí, muchos años después, disculpas de personas importantes para mí . Personas que no eran en verdad mis amigos se alejaron, algunos dolieron, otros no, hoy puedo entender y respetar los procesos de cada persona y trato de no juzgar. La gente pasa por tu vida por un motivo y no se queda más del tiempo necesario para enseñarte algo o aprender algo de ti, así funciona y hay que aceptarlo, y dejarlos ir con agradecimiento, buenos recuerdos y amor. Si vibras en alta frecuencia, en amor, en felicidad, en alegría, en fe, en positivismo, solo se quedan a tu lado o te topas con personas que vibren en tu misma frecuencia, quien no vibra en tu misma frecuencia se aleja, no hay que pelear con eso.
Otra bendición ha sido poder trabajar en el perdón, qué trabajo cuesta perdonar!, perdonar de verdad, de corazón, es un proceso intenso y difícil pero trae mucha paz, no puedes ser realmente feliz si no perdonas. Lo he escrito muchas veces ya, pero es real, el perdón es un regalo para uno mismo, no para la persona que te hizo daño. El perdonar a alguien no quiere decir que justificas lo que hizo, o que le das la razón, significa que te quieres tanto que decides vivir en paz sin ese veneno haciéndote daño.
Pues si, ya pasaron seis meses y la cosa va muy bien!, es un trabajo diario, hay días buenos y días malos, pero en estos meses he vivido las cosas más fuertes, más increíbles, más intensas, más tristes, más felices, más excitantes, más honestas, más reales, dos de los viajes más increíbles, algunas de las noches más mágicas, y pinta para que cada día sea más maravilloso.
Todo está en la actitud, en tener la confianza de que todo es perfecto y lo mejor siempre está por llegar. La vida solo te quita del camino lo que no necesitas, para recibir lo que deseas debes hacer espacio, dejar ir lo viejo para recibir lo nuevo. Créelo, de verdad pasa!, ten paciencia, trabaja en ti, ten confianza, certeza, y todo lo que sueñas llegará. No necesitas a nadie para ser feliz, solo a ti mismo, y solo siendo un ser completo y feliz te puedes compartir con los demás de una manera sana y honesta.
“El mejor guerrero no es el que triunfa siempre, sino el que vuelve sin miedo a la batalla”.
Buenas noches!
Gisa