Desde niña siempre
he sido una romántica sin remedio, el tema del amor siempre me ha apasionado y
ha sido muy importante para mí. De chiquita jugaba a las barbies y siempre la
historia giraba en torno al amor, Barbie y Ken se enamoraban y se casaban en la
mayoría de las ocasiones, pero en otras Barbie inexplicablemente se enamoraba
de He-Man y vivía aventuras increíbles en el castillo de Grayskull. En esa
época no tenía duda alguna de que el amor debía ser una aventura mágica, maravillosa,
emocionante, desde entonces las películas románticas eran mis favoritas y soñaba
despierta con encontrar a mi Kevin Arnold de “The Wonder Years”.
Siempre me
enamoraba, de suspiro y todo jajaja, del vecinito de enfrente, del amigo del
hermano de mi mejor amigo en la primaria, de personajes de series y películas,
del hermano de mi amiga, del chavo grande de prepa que ni sabía que yo existía
seguramente, me enamoraba una y otra vez, la mayoría de las veces
platónicamente, pero me encantaba esa sensación de las mariposas en el
estómago.
Y así crecí
queriendo ser Meg Ryan en “Sleepless in Seattle” o en “When Harry met Sally”,
Andie MacDowell en “Four Weddings and a Funeral”, Kate Beckinsale en “Serendipity”,
Sandra Bullock en “Practical Magic” o en “While you were sleeping”, Audrey
Tautou en “Amélie” y Renée Zellweger en “Jerry Maguire” o en “Bridget Jones
Diary”. Hasta el día de hoy me siguen emocionando las películas románticas, amo
esa sensación que me producen de felicidad, y piel chinita, y sentir que todo
es posible porque que hay un universo conspirando para que los amantes
coincidan. Cuando hace unos años vi “Eat, Pray, Love” de verdad desee con todo
mi ser algún día vivir algo así, no sabía cómo años después la vida me
cambiaría tanto y me identificaría tanto con esa historia en muchos sentidos.
Durante estos años soltera,
después de siempre haber tenido relaciones largas, he recordado aquel concepto
del amor que tenía de niña, y hace un par de años me preguntaba si algún día
viviría una de esas historias mágicas con las que soñaba en aquellos tiempos,
las que tanto había idealizado. Entendí mediante mucho trabajo interno que las
relaciones que he tenido a lo largo de mi vida fueron grandes aprendizajes, y hoy
puedo agradecer a cada una de las personas con las que compartí tantos años, o
un pequeño espacio de tiempo, porque fueron grandes maestros, y su paso por mi
historia fue necesario.
El tema del amor ha
cambiado mucho en esta época, ahora con tanta tecnología, whatsapp,
aplicaciones de citas, match makers, etc… siento que la cosa se ha vuelto más
fría, la gente no se abre tan fácilmente, no se enamora tan fácilmente. Es
difícil interpretar el tono de un mensaje de whatsapp (yo por ejemplo odio que
me pongan el emoji de la manita con dedito gordo arriba, se me hace como que te
pone la persona “ok” o “bien” como dándote el avión, pero esa es mi
interpretación jajaja), se asumen un millón de cosas si alguien no te responde
un mensaje y te deja en visto, o se tarda en responder, es complicado tener la
sensibilidad de entender qué quiere la otra persona detrás de la pantalla. Igual
sí soy muy cursi pero a mí me siguen ilusionando las flores, las cartas
escritas a mano, una cita planeada o un plan espontáneo y sencillo que te saque
de la rutina, los detalles, el hablar con una persona viéndola a los ojos y
escuchar su voz, nada como dejar de asumir el tono en el que se dijo algo y
mejor escucharlo y vivirlo. Poder conocer a una persona, saber qué piensa, qué
siente, con qué sueña, compartir momentos, risas, conversaciones profundas y
otras simples, darte cuenta si hay química, el rollo de que alguien decida si
vale o no la pena conocerte por tu foto, por una descripción de 3 renglones, o
por lo que asume de ti en una red social me parece tristísimo.
Hace unos meses
estaba muy triste y decepcionada porque pensaba que era muy injusto que no
llegara el amor de mi vida, real estaba triste, así de pleito con Arcángel
Chamuel (el arcángel del amor) y berrinche de quinceañera, le reclamé: “no es
justo que a mí nunca me pasen cosas mágicas como en las películas que me gustan,
¿por qué a otras personas sí les pasan y a mi no?, no se vale!, quiero vivir
algo así ya!”, drama total jajaja, pensaba que eso de la piel chinita y las
mariposas en el estómago era algo que nunca iba a volver a sentir porque yo no
había nacido para eso… corazón apachurrado a grado máximo y cerrado por
completo, pleito con cupido y el universo… y un día algo pasó, algo increíble!.
Fui a un evento y conocí
a alguien, las cosas que sucedieron a lo largo de esa noche fueron realmente
mágicas e inexplicables para mí, de película, como lo que yo tanto pedía. Desde
el momento en que vi la sonrisa más increíble, el timing para coincidir y
vernos por primera vez, esa sensación padrísima de nervios y emoción que me
recorría el cuerpo todo el tiempo, pero al mismo tiempo una paz y confianza como
cuando sientes que conoces a alguien de mucho tiempo, dolor en la cara al otro
día de no parar de sonreír durante toda la noche, por momentos de verdad yo
sentía que el tiempo se detenía y no había nadie más. Pero el clímax de la
noche, por si yo necesitaba más señales, fue escuchar en un momento perfecto una
canción de Neil Young que musicaliza una de las escenas más importantes de “Eat,
Pray, Love”, no podía creerlo!, no podía ser todo más perfecto, hasta me reí de
la situación porque era sacada de mi mente tal cual, como si yo lo hubiera
escrito. Hoy entiendo que eso tan mágico que yo viví en ese momento, todo lo
que sentí, solo era la vida diciéndome “Ahí está lo que tanto pedías!, ESA es
la sensación, sí la puedes sentir. Relájate, ábrete a sentir, confía!, deja de
proteger tu corazón como si fuera de cristal, fluye, deja el miedo a un lado y
vive!”. Esa noche de verdad me enamoré!, y aunque la historia terminó ahí fue
un parteaguas en mi vida, fue realmente importante lo que me dejó y lo que
cambió dentro de mí, entendí a lo largo de estos meses muchas cosas a raíz de
ese episodio, y abrí mi corazón de nuevo.
La vida son
momentos y estamos tan preocupados por lo que pueda pasar en el futuro que
muchas veces no disfrutamos al máximo el presente, el momento que estamos viviendo,
lo que está sucediendo. En el tema de conocer a alguien te dicen “No
te enamores” y entonces las personas salen, se medio conocen desde la imagen
que quieren proyectar hacia los demás, desde el “deber ser” sin atreverse a ser
quien en verdad son por miedo a no ser aceptados, se protegen con miles de
barreras y se pierden de vivir y sentir muchas cosas por miedo. Yo pensaba
hasta hace un tiempo que el “No te enamores” era más seguro para proteger a mi
corazón, pero ahora pienso totalmente diferente, el problema NO es que te
enamores, el problema es el apego, enamorarte NO te hace sufrir, te hace sufrir
el apego, y las expectativas que te haces sobre cómo deberían ser las cosas en el futuro y cuánto deberían durar. No te hagas expectativas!, deja que la vida te sorprenda!.
Hay una frase maravillosa que aprendí en “Semiología de la Vida Cotidiana” que dice: “Ama y Suelta”, creo que es perfecta, sencilla y con un mensaje claro. Ama, enamórate, disfruta, vive el momento al máximo, pero no te apegues a nada ni a nadie, así sea un momento con alguien especial que hayas conocido o sea tu pareja de años, ama y suelta todo el tiempo porque nadie te pertenece, no le perteneces a nadie, la vida, las personas, los sentimientos cambian todo el tiempo, no tenemos control sobre los demás ni sobre el futuro. Estar en pareja es una decisión diaria, ambas personas se eligen todos los días, pero no pueden controlar jamás lo que la otra persona piensa o siente, cada persona es un mundo. Enamórate y ama cada día a esa persona porque así lo decides con tu libre albedrío, y suelta el miedo de perderla, o de no volverla a ver, o de lo que vaya a pasar en el futuro, disfruta lo que está sucediendo en ese momento porque es lo único real.
Hay una frase maravillosa que aprendí en “Semiología de la Vida Cotidiana” que dice: “Ama y Suelta”, creo que es perfecta, sencilla y con un mensaje claro. Ama, enamórate, disfruta, vive el momento al máximo, pero no te apegues a nada ni a nadie, así sea un momento con alguien especial que hayas conocido o sea tu pareja de años, ama y suelta todo el tiempo porque nadie te pertenece, no le perteneces a nadie, la vida, las personas, los sentimientos cambian todo el tiempo, no tenemos control sobre los demás ni sobre el futuro. Estar en pareja es una decisión diaria, ambas personas se eligen todos los días, pero no pueden controlar jamás lo que la otra persona piensa o siente, cada persona es un mundo. Enamórate y ama cada día a esa persona porque así lo decides con tu libre albedrío, y suelta el miedo de perderla, o de no volverla a ver, o de lo que vaya a pasar en el futuro, disfruta lo que está sucediendo en ese momento porque es lo único real.
En los cuentos de hadas nos
dijeron hasta el cansancio lo de “Y vivieron felices para siempre” como símbolo
de una historia de amor “exitosa”, a veces no hay tal “para siempre” y nos
frustramos como si entonces nuestra vida fuera un fracaso. En ocasiones las
historias maravillosas duran muchos, muchos años y qué padre!, pero otras duran
un día, una semana, meses, o un instante, y no por eso son menos verdaderas, perfectas
y maravillosas, vive la/s tuya/s, deja de compararla/s con la/s de los demás.
Enamórate y ama porque eso
hace que tu corazón se expanda, porque eso llena tu alma, porque cada momento
que disfrutes será parte de tu historia y te dejará algo increíble que te hará
crecer, porque cada vivencia te hará conocerte más, “la vida sólo es rica en
experiencias”. Sí hay magia en los momentos si decidimos abrirnos a
vivirlos sin miedo, no hay nada que perder, lo que dure la experiencia vívela
con todo tu ser, no pienses todo tanto. Cuida tu corazón pero no lo protejas
tanto que termine cerrado, déjate llevar, date chance, vive!.
No te arrepientas nunca de
amar, así no seas correspondido o la historia se termine un día, arriésgate, el
amor siempre va a dejar una ganancia en quien lo siente. Es preferible soltar y
quedarte con la experiencia, que preguntarte toda la vida qué hubiera pasado si
te hubieras permitido vivirla. Mientras no te dañes y no dañes a terceros vive
todo lo que quieras, al máximo, hoy!, no pierdas tiempo por miedo a que te
rompan el corazón, si no lo usas se te va a hacer de piedra eh! jajaja, en
serio. No sabemos cuánto tiempo va a durar nuestro viaje por este mundo, ojalá
sea muy largo, pero como no lo sabemos no desperdiciemos ninguna oportunidad de
sentir, de permitir que el amor nos encuentre.
Sí, enamórate!, y en algún
lugar del mundo vive una noche inolvidable bajo la luna, escuchando
música por horas y tomando mezcal a la luz de las velas, perdiéndote en una
mirada maravillosa y profunda con “Something Just Like This” de The
Chainsmokers & Coldplay como fondo musical, sin preguntarte ¿qué va a pasar
mañana?, sin analizarlo todo, viviendo el momento con todos tus sentidos, entregándote a la experiencia, y
confiando en que lo que pase en el futuro, sea lo que sea, será perfecto y no está en tu control…